jueves, 26 de agosto de 2010

La alimentación

Como todos los seres vivos, el ser humano necesita alimentarse para vivir. Cuando comemos, los alimentos que ingerimos llegan a todas las células que integran nuestro organismo, a través del sistema circulatorio. Para que esto sea posible, es necesario que los alimentos se descompongan en unidades más sencillas y útiles para el cuerpo, ya que la sangre no podría trasladar los comestibles tal como los ingerimos. Esas unidades más sencillas y útiles son los nutrientes, y el proceso por el cual los obtenemos e incorporamos, a partir de los alimentos, es el proceso digestivo.
El proceso digestivo
A lo largo de las distintas etapas del proceso digestivo, es posible diferenciar dos tipos de acciones:
Una acción mecánica o física: Consiste en fragmentar los alimentos sin que estos cambien su composición molecular.
Una acción química: por la cual se transforman los alimentos en nutrientes más sencillos.
La primera etapa de la digestión tiene lugar una vez incorporado el alimento a la boca. Allí los dientes llevan a cabo la acción mecánica, que consiste en la masticación de los alimentos. La acción química es realizada por la saliva. La lengua ayuda a mezclar los alimentos masticados con la saliva, formando un bolo alimenticio, que es empujado por la lengua hasta la faringe.
A partir de allí, el bolo alimenticio recorre el esófago y llega al estómago. En este órgano, semejante a una bolsa elástica, se realiza la digestión gástrica.
Al finalizar la digestión gástrica, el bolo alimenticio es transformado en una especie de papilla semi sólida y ácida: el quimo. este pasa a la primera porción del intestino delgado. Allí el quimo se transforma en un líquido de aspecto lechoso, llamado quilo, que contiene moléculas lo suficientemente pequeñas como para atravesar las membranas de las células del intestino y ser incorporadas al resto del organismo. este proceso llamado absorción intestinal, ocurre en la segunda parte del intestino delgado.
No todos los alimentos pueden ser digeridos. Lo que queda del quilo continúa su desplazamiento hacia el intestino grueso, cuyas paredes absorben la mayor parte del agua y los minerales que contiene, de modo que pasa de una consistencia líquida a una más sólida. estos restos no digeridos forman la materia fecal, que finalmente será eliminada a través del ano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario